Todas esas curvas me vuelven loco
y me hacen chocar contra la infinidad de tu tibieza,
sumergido en este trance de pies a cabeza,
sin pensar en frenos ni girar el timón.
Hundido en los efectos del romance
invoco a mil voces a causar la rebelión
sinuosas contorsiones que dan el alcance
de tu locura impregnada en cada ola de vapor.
El próximo encuentro será mejor que el primero
con los guantes bien puestos sobre el volante.
entre murmullos y clamor neblineros
aprendiendo a vivirnos a cada instante.
– Rod P.M.
Poeta Maldito