La espada que corta,
los versos que distancian,
las penas que se escapan
en busca de un hogar:
una copa imantada a una necesidad,
celebrando encuentros frígidos
que de ti huyeron,
impactados por tu presencia nominal.
En estas últimas instancias,
tal vez, pienses en recapacitar.
Para hacerte recapacitar
propongo una enmienda de gloria
No es tiempo de tentar a la suerte
ni de jugar con la oratoria.
Busco tu zona gris, ardiente,
y apelo a tu memoria,
esa que se descoloca al sentir
lo intenso de mis besos
y el arte sensorial.
Para hacerte recapacitar
busco en tu bóveda un blasón prismado
con batallas que aún has de lograr.
Pospongo la zozobra de tu enojo
indicándole el camino errado,
directo al funeral.
Te doy un “hasta luego”
que parece un ruego,
una forma camuflada
de alterar la realidad;
tan sólo para hacerte recapacitar
porque nos debemos la oportunidad.
-Rod P.M.
Poeta Maldito